El aceite de palma, también conocido como aceite de palmiste, es la materia prima más eficiente para el desarrollo de biocombustibles de segunda generación, según el CEO de Grupo BBF (Brasil BioFuels), Milton Steagall. Según el ejecutivo, aunque la participación global de Brasil en la producción de aceite de palma sea aún tímida -actualmente ocupa el décimo lugar en el ranking de los mayores productores-, el país tiene un inmenso potencial para el cultivo sostenible de la palma y la oportunidad de ser referencia en la producción de biocombustibles de segunda generación, como el Combustible de Aviación Sostenible (SAF) y el Gasoil Verde.
Todo este ciclo virtuoso de la cadena de producción del aceite de palma puede llevarse a cabo sin talar ningún árbol del bosque. "El potencial del aceite de palma para generar biocombustibles en la Amazonia es enorme, dado que tenemos un verdadero 'Presal Verde' en la región, con más de 31 millones de hectáreas aptas para el cultivo sostenible de palma aceitera", explica el CEO de Grupo BBF. El cultivo de la palma aceitera sigue una legislación estricta definida por el Gobierno Federal en el decreto 7.172/2010, la Zonificación Agroecológica de la Palma Aceitera, definida en mayo de 2010.
"Brasil sigue teniendo una pequeña cuota del mercado de la palma aceitera. Pero la palma tiene muchas virtudes. Una de las más importantes desde el punto de vista socioeconómico es que su cultivo no puede mecanizarse, lo que genera miles de puestos de trabajo e ingresos para la población local", afirma Steagall. Sólo en Grupo BBF hay más de 6.000 empleos directos y 18.000 indirectos en cinco estados del norte. Otro punto importante es que cuenta con una amplia cadena de producción, desde la plantación de la semilla hasta el cultivo, pasando por la cosecha y la explotación de industrias para extraer el aceite, una planta de producción de biodiésel y una biorrefinería sin precedentes para desarrollar SAF y gasóleo verde.
Según esta legislación, considerada una de las más estrictas del mundo, la palma aceitera sólo puede cultivarse en zonas antropizadas de la región amazónica hasta diciembre de 2007. "Actualmente, Brasil tiene menos del 2% del mercado mundial de palma aceitera, cultivando la planta en una superficie inferior a 300.000 hectáreas. Todavía hay mucho potencial para crecer sin talar ningún árbol del bosque, al contrario, reforestando áreas previamente degradadas, generando empleos e ingresos para la población. Y de esta forma, desarrollar biocombustibles y generar energía limpia para la gente que vive allí", afirma.
Además del impacto positivo en los factores socioeconómicos y medioambientales, el aceite de palma destaca como principal materia prima para la producción de SAF y Green Diesel debido a su cadena química -idéntica a la de los combustibles fósiles en la cadena de carbono C16 y C18- y a su alta eficiencia en la producción de aceite: la palma produce 10 veces más aceite por hectárea en comparación con la soja, otra importante materia prima utilizada para producir biocarburantes, según los expertos del sector.
Se calcula que en 2030 se necesitarán 20 billones de litros de SAE al año para cubrir las necesidades mundiales. "Se trata de un objetivo ambicioso para un sector que necesita descarbonizarse rápidamente. Por otro lado, el mundo sigue enfrentándose a una escasez de materias primas para la producción de biocombustibles avanzados. A medio y largo plazo, la palma brasileña 'es' y 'seguirá siendo' el cultivo más eficiente para descarbonizar el sector aéreo", argumenta.
A partir de 2026, Grupo BBF empezará a suministrar SAF y Green Diesel a Vibra Energia (antigua BR Distribuidora), en virtud de un contrato de intermediación. La materia prima de los biocombustibles avanzados será el aceite de palma cultivado por Grupo BBF en la región amazónica. El refinado se realizará en la primera biorrefinería del país, actualmente en construcción, que tendrá capacidad para producir unos 500 millones de litros anuales de los nuevos biocarburantes. En total, se invertirán más de 2.200 millones de reales en la nueva planta.
El hidrotratamiento (HEFA) es la tecnología definida por Grupo BBF para la producción de SAF y gasóleo ecológico. Una forma de entenderlo mejor es imaginar el aceite vegetal -la principal materia prima- como una larga cadena de moléculas. Durante el proceso de hidrotratamiento, esta "cadena" se "rompe" o "agrieta" con ayuda del hidrógeno, explica el director general de Grupo BBF. Este proceso transforma el aceite vegetal en biocombustible "drop in", sin necesidad de adaptar motores ni repostar, con características similares a los combustibles "fósiles" tradicionales, pero con la ventaja de ser sostenible y renovable.
Acerca de Grupo BBF
Grupo BBF (Brasil BioFuels), empresa brasileña fundada en 2008, es la productora de aceite de palma de América Latina, con una superficie cultivada de más de 75.000 hectáreas y una capacidad de producción de 200.000 toneladas de aceite al año. La empresa desarrolla soluciones sostenibles para generar energía renovable en sistemas aislados, con centrales termoeléctricas alimentadas por biocombustibles producidos en la región. Su actividad agrícola recupera áreas degradadas hasta 2007 en la Amazonia, siguiendo la Zonificación Agroecológica de la Palma Aceitera (ZAE), aprobada por el Decreto 7.172 del Gobierno Federal, del 7 de mayo de 2010.
Grupo BBF ha creado un modelo de negocio integrado en el que opera desde el principio hasta el final de la cadena de valor -desde el cultivo sostenible de la palma aceitera, la extracción de aceite crudo, la producción de biocombustibles, la biotecnología y la generación de energía renovable-, con activos que ascienden a cerca de 2.200 millones de reales y actividades que generan más de 6.000 empleos directos en la región norte de Brasil. Las operaciones de Grupo BBF se sitúan en los estados de Acre, Amazonas, Rondônia, Roraima y Pará, y comprenden 38 centrales termoeléctricas (25 en funcionamiento y 13 en fase de implantación), 3 unidades de trituración de aceite de palma, una extrusora de soja y una industria de biodiésel.
La empresa está ampliando su oferta de biocombustibles y ha firmado alianzas para producir combustible de aviación sostenible (SAF) y gasóleo verde. Los nuevos combustibles sostenibles se producirán a partir de 2026 en la primera biorrefinería del país, actualmente en construcción en la Zona Franca de Manaos.