La conservación de las reservas legales y la protección y recuperación permanente de las zonas degradadas recibirán fondos de los bonos RCP verdes
Brasil BioFuels (BBF) y la startup Global Forest Bond (GFB) han dado el primer paso en la estructuración de un proyecto pionero de pago por servicios ambientales (PSE), que pretende remunerar las contribuciones de las empresas a acciones como el mantenimiento de los bosques autóctonos y la recuperación de áreas degradadas. BBF y GFB firmaron un acuerdo con las primeras directrices del proyecto.
A través de esta asociación, las empresas pretenden viabilizar la emisión de CPRs verdes, títulos regulados de pago para la conservación de reservas legales y Áreas de Preservación Permanente (APPs) y para la recomposición de áreas degradadas en la región Norte del país. También habrá análisis conjuntos para posibles emisiones de créditos de carbono vinculados a esta recomposición. Este modelo es inédito y permitirá que la estructuración financiera de las empresas agroalimentarias tenga acceso a los medios de remuneración de los servicios medioambientales.
Según Eduardo Marson, CEO de GFB, "ayudamos a adaptar al área forestal una aplicación que KPMG desarrolló y ya utilizaba para auditar millones de hectáreas de soja en todo Brasil, y de la que tenemos uso exclusivo para la gestión de activos medioambientales. Fotografiando un árbol en la tableta, podemos medir digitalmente el diámetro, la altura y las reservas de carbono. Pero vamos más allá: grabamos sonidos de animales, identificamos especies y medimos la cantidad de agua del bioma, proporcionando a quienes compran los bonos otras posibilidades de reclamaciones y compensaciones medioambientales más allá del carbono, como la biodiversidad y la huella hídrica, por ejemplo. Nuestra plataforma está preparada para evolucionar a medida que lo haga la ciencia en este campo de los PSE."
El presidente de BBF, Milton Steagall, destaca: "La adopción de instrumentos sostenibles está en consonancia con las prácticas de conservación y reforestación que BBF ha aplicado a los procesos de originación de sus productos. De hecho, la sostenibilidad se aplica a toda la cadena de producción de BBF, desde la plantación hasta el producto final".
BBF es el mayor productor de aceite de palma de América Latina, con más de 200.000 toneladas anuales y una superficie cultivada de más de 68.000 hectáreas. La empresa es una de las pioneras en crear soluciones sostenibles para generar electricidad en sistemas aislados: plantas alimentadas por biodiésel producido en la región. BBF ha creado un modelo de negocio integrado en el que opera de principio a fin de la cadena de valor, desde la plantación de palmeras, la extracción de aceite crudo y la producción de biocombustible hasta la generación de energía. Las operaciones de BBF están localizadas en los estados de Acre, Amazonas, Rondônia, Roraima y Pará, y comprenden 36 plantas termoeléctricas (22 en operación y 14 en construcción), 3 plantas de trituración de aceite de palma y 1 planta de biodiesel. Los activos de la empresa ascienden a cerca de 1.500 millones de reales y generan más de 6.000 puestos de trabajo en la región norte de Brasil.
La empresa también mantiene una asociación con el distribuidor Vibra Energia para un proyecto de producción de combustible de aviación sostenible (SAF) y de aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO). En la Zona Franca de Manaos, las empresas están implantando la primera biorrefinería del país, a escala industrial, para la producción de estos dos combustibles sostenibles. El nuevo compromiso exigirá la conservación de 100.000 hectáreas de reserva legal y la recuperación de otras 100.000 hectáreas de zonas degradadas en la Amazonia mediante la plantación de palmeras, además de las zonas de conservación y cultivo existentes.
Global Forest Bond es una startup brasileña fundada en 2019 por Eduardo Marson, Wilson Tomanik y Artur Ferreira. La empresa desarrolla soluciones para la valoración de biomas y servicios ecosistémicos. En colaboración con KPMG, líder mundial en servicios de auditoría y consultoría, GFB también creó una plataforma digital para la valoración y gestión de activos medioambientales, automatizando parte de las actividades tradicionales de inventario forestal, lo que reduce sustancialmente el coste y el tiempo de esta actividad. A través de esta plataforma, los propietarios de las zonas pueden demostrar, de forma segura para sus compradores, los datos recogidos, ya sea en bosques autóctonos, bosques plantados o proyectos de reforestación. La tecnología permite una mayor transparencia y seguridad para las empresas que adquieren valores respaldados por la conservación del medio ambiente. A través de un datalake de KPMG - accesible por código QR - es posible publicar los datos de los inventarios de campo directamente a los clientes, los organismos reguladores y la sociedad civil.
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